Cómo Discernir si ya es Hora
Cuando estás dándole forma a tu vida con intención y autenticidad, habrá muchos momentos – grandes y pequeños – en los que no estarás segura de qué hacer. ¿Es hora de actuar o es mejor esperar? Mi abuela le llama a esto el punto de decisión, “saber cuándo pescar o cuándo cortar el anzuelo”. Es una habilidad que todos necesitamos, discernir entre la incubación – tomarnos el tiempo pata decidir si es correcto seguir un deseo en este momento – o paralizarnos por el miedo. La próxima vez que te encuentres dando vueltas y pensando qué hacer, aquí tienes algunas ideas que pueden ayudarte:
Simplemente piénsalo: “Ei, puede ser tiempo – o no – de actuar” en vez de asumir que una u otra forma es la correcta. Es muy importante. Mucha gente o da marcha adelante, quizás armando lío, o nunca hace nada. Preguntarte “¿Qué es tiempo de hacer ahora?” puede darte claridad.
En conclusión: Decidir si actuar o pensarlo más.
También es increíblemente útil aprender el lenguaje de tus miedos. ¿Cómo se presenta el miedo para ti, especialmente en momentos de cambio, de dejarse ser y de crear más de lo que quieres? ¿Cómo confusión? ¿Comparación? ¿Una compulsión repentina de mirar horas de Escándalo u organizar tus fotos digitales, incluso las que sabes que jamás volverás a mirar? Todos tenemos miedo al cambio, pero no todos se toman el tiempo para saber cómo se manifiesta su miedo, cómo pretende ser la voz de la sabiduría, la prudencia, o incluso la calma. Pregúntate qué te dices a ti misma y qué decides hacer con tu tiempo durante estas encrucijadas. Sé gentil y evita echarte la culpa. Eso alimentará tu miedo y cerrará las puertas del conocimiento.
En conclusión: Aprende cómo el miedo se mete en tu vida e intenta manejar tus decisiones. Lo seguirá haciendo, pero el conocimiento te da opciones.
No pienses que sólo existe UNA respuesta o de que estás SEGURA de lo que es mejor, perfecto, o ideal. Este deseo de certeza es universal en los humanos – puede que lo tengamos como una especie de mecanismo de defensa – y crea impedimentos en tu toma de decisiones desde el vamos. Yo recomiendo hablar contigo misma: “Claro que quiero saber qué es lo mejor. Qué humano de mi parte. Pero hay muchos pasos posibles a seguir, no sólo uno, y puedo envejecer pensando cuál es el mejor”. Inhala y exhala profundamente (exhalar profundamente calma tu sistema nervioso, y te facilita pensar creativamente), y luego pregúntate “¿Qué está pasando aquí realmente?”. Ve por un paseo y escucha lo que viene.
En conclusión: Esto no se trata de hacerlo perfecto, o incluso bien. Esto se trata de escuchar, aprender, y confiar.
Tu cuerpo es la mejor ayuda a la hora de tomar decisiones de todo tipo, especialmente las del tipo “sal con este tipo, toma este trabajo, inscríbete a una carrera”. Ve a un lugar relajante – toma un baño o conduce al campo – y cuando veas que te sientes más suave y menos tensa, pregúntale a tu cuerpo – no a tu mente, a tu cuerpo – “Imagínate que _____ (la opción que estás considerando) se ha ido, que nunca sucederá”. Inmediatemente tu cuerpo o se relajará más o se tensará más. Si te relajas es señal de que no estás lista para actuar, y tensarte es señal de que sí lo estás. También notarás sentimiento, alivio o pena. Conduce estas reacciones preguntándote “¿Estoy aliviada porque no tengo que desafiarme ahora mismo o porque realmente no quería hacerlo?”. No escuches a tu mente sino a lo que dice tu cuerpo y tus sentimientos.
En conclusión: Usa algo más que tu mente para decidir tu próximo paso.
Deja de preguntarle a otra gente qué hacer. Las opiniones de afuera son útiles en forma de hecho. Por ejemplo, “El alquiler en Manhattan es más caro de lo que puedo pagar hasta que termine de pagar mi tarjeta de crédito”. Eso es útil a la hora de tomar decisiones. Pero enviarle un mensaje a tu mejor amiga por enésima vez preguntándole “¿Crees que debo tomar este empleo?” no lo es. En vez de eso, ve a tu lugar de cónfort y relájate. Nada de tecnología, nada de leer, nada de hacer nada. Respira y relájate. Sólo deja de necesitar a alguien para que te diga qué es lo correcto. Pon tu atención en el centro de tu cerebro (una práctica del yoga que aumenta tu concentración) y pregúntate, con infinita paciencia “¿Qué es lo que sé?”.
En conclusión: Pregúntate primero a ti misma.
Relacionado con preguntarle a otros está el tema de buscar más allá de lo necesario. ¿Buscas porque necesitas más información o porque estás construyendo una cacofonía de sonidos para no tener que escuchar lo que ya sabes que quieres? Buenas búsquedas te ayudarán, trayéndote claridad y emoción, y un lugar donde pisar. Pero buscar demasiado decolorará las cosas, te hará sentir inflada y vencida y pensarás “¿Quién crees que soy?”.
En conclusión: Limita tu búsqueda.
Finalmente, ¿estás confundiendo “estar de humor” con deseo? El humor es fugaz y cambia todo el tiempo. Tienen que ver con lo que almorzamos, el último comentario que leíste en Facebook, o cómo dormiste anoche. El deseo corre por debajo del humor. Es el flujo de tu estilo de vida que dice “Esto te hace sentirte viva. A veces puede ser difícil o dar miedo y puede ser que fracases de vez en vez, pero ve a él”. Aprende a discernir tu deseo en las pequeñas cosas. “¿Quiero almorzar atún o ensalada de huevo?”, haz una pausa y escucha. “¿Deseo ir al gimnasio, a yoga, o a caminar por las montañas?”. Haz esto tanto como puedas y pronto verás cómo el humor va por encima de la superficie y el deseo por debajo. Aunque no siempre tengamos la libertad, la energía o la salud emocional para superar nuestro humor y concentrarnos en el deseo, discernir la diferencia nos trae una gran satisfacción. Quizás esto, más que ninguna otra cosa, te ayude a llevar una vida más sincera.
En conclusión: Practica el deseo en las pequeñas cosas.
El discernimiento es una habilidad que te ayudará a vivir una vida más vibrante y auténtica, aunque no siempre sea compatible con la vida moderna. Necesita que te detengas, que te sientas cómoda con la incertidumbre, y que te entregues. A veces requiere que actúes cuando no te sientes lista o capaz. No siempre recibirás el apoyo de tu familia y amigos porque puede ser que ellos no te entiendan. Esto significa, como todas las decisiones en tu camino a vivir una vida más sincera, ¿elegirás el camino fácil o aquel que te hace sentir viva? ¡Supongo que ya sabes la respuesta!
Jennifer Louden
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